Mi vida encajera: todo cambió cuando empecé a realizar encaje de bolillos. Muchos sentimientos surgieron en mi corazón que desconocía. Descubrir poco a poco que el encaje de bolillos se adentraba con fuerza en mi vida, fue mágico. Mi vida encajera la he relatado a través de las redes sociales y hoy os presento una parte de mí en forma de recuerdos.
Mi vida encajera
A medida que vamos conociendo esta fantástica técnica, aprendemos que nunca se deja de aprender. Además de los materiales tradicionales, el encaje se adapta a los nuevos tiempos. Este hecho nos ayuda a innovar y a dejar que la imaginación nunca tenga límites. Cuando nos adentramos en una técnica sin fin, nos surje ese gusanillo de ilusión. Nos convertimos en esponjas, deseosas de aprender cada día un poco más. Esta es la magia del encaje de bolillos.
Así pues, os he grabado este pequeño video en el que os enseño algunos de mis «rinconcitos bolilleros». Me encanta tener mis materiales y recuerdos a la vista. Entro en mi lugar de trabajo con una gran sonrisa reviviendo experiencias llenas de cariño. A continuación, queda ponerse a bolillear con ilusión, con muchos proyectos nuevos e ideas. Hacer feliz a la gente a través de las labores es uno de mis objetivos.
Con el objetivo de compartir estas experiencias, os dejo el siguiente video. A continuación vais a ver un montón de labores y recuerdos. En breve, os pondré la 2ª parte de este bonito video con muchas más sorpresas.
Desde este blog os doy las gracias por todas vuestras muestras de cariño. Comentarios, «me gusta», mensajes en mis redes sociales que me llenan de ganas y energía. Siempre os estaré agradecida por vuestro apoyo. Es un placer compartir mi vida encajera con otros artesanos. Vivir el encaje de bolillos es nuestra bandera. Por ello, nos sentimos plenamente felices.
Os mando un beso enorme y un abrazo lo más fuerte posible.